jueves, 12 de enero de 2012

¿Vamos por un país de lectores?

         Desde su primera edición la Feria Internacional del Libro en Guatemala tuvo como lema “Vamos por un país de lectores”. Sin ser muy original, es un lema común a diversas ferias en otros países, sí lograba reflejar lo que podría ser una meta común para todos los que de una u otra forma se relacionan con el libro. Autores, editores, libreros, bibliotecarios y lectores soñamos con hacer de Guatemala un país de lectores. Seguramente por ello es que, a pesar de que muy lentamente, el lema empezó a ser expresado por personas distintas a los organizadores.

         En el Siglo21 del lunes 9 de enero, la próxima ministra de Educación, Cinthya del Águila, expresa que una de sus prioriades será la promoción de la lectura y las bibliotecas. Dice: “Queremos hacer de Guatemala un país de lectores, que gocen, que sueñen con la lectura.” Ello sucede al inicio del año en que los organizadores de Filgua parece ser que se aburrieron de ir por un país de lectores y ahora tienen una meta mucho más corta, el oxlajuj b’aqtun, diciembre del 2012. ¿Será que realmente creen que se terminará el mundo en diciembre de 2012 y no vale la pena tener objetivos de más largo plazo?

         Al margen de cuáles sean las miras de los organizadores de Filgua hay que señalar que resulta sumamente estimulante que una ministra de Educación le dé importancia a la lectura la importancia. Ojalá y pueda visualizar que la Feria Internacional del Libro en Guatemala puede ser un valioso instrumento para hacer de este país un país de lectores y se convierta en la aliada de la Feria dentro del gobierno; sobre todo cuando todo parece indicar que el ministro de Cultura no tiene ninguna intención de ir por ese camino.

         Durante los cuatro años del denostado gobierno de Álvaro Colom Caballeros por primera vez la Feria del Libro tuvo apoyo gubernamental. Y ese apoyo, es necesario decirlo, no se debió a los ministros de Cultura ni de Educación, sino al secretario de Comunicación Social de la Presidencia, Ronaldo Robles. Ojalá su sucesora siga dando ese apoyo y entonces la Feria del Libro cuente con dos apoyos.

         Además de la Feria del Libro, la nueva ministra de Educación deberá tomar en cuenta que el desarrollo de la lectura y de bibliotecas escolares requiere de transparencia en las adquisiciones de libros por parte del gobierno. La cual debe empezar a partir de la selección de los títulos que se van a adquirir. De nada sirve que hagan licitaciones públicas de libros que se han seleccionado debajo de la mesa a partir de los contactos que algunos editores han cultivado en niveles medios del Mineduc.

         Además de ello deberá tomar en cuenta que en Guatemala hay una rica y variada producción editorial, que en los últimos años, además, ha mejorado sustancialmente en terminos de calidad material de los libros que se producen. No es posible que las grandes compras de libros se realicen a casas editoriales españolas, colombianas y mexicanas. La lectura es un medio de transmisión de valores y construcción de identidad. De ahí que en sus adquisiciones de libros el Ministerio de Educación debería priorizar la literatura guatemalteca.

         Ojalá las declaraciones de la futura ministra sean mucho más que simples declaraciones y que los organizadores de Filgua puedan presentarle una propuesta coherente para lograr su apoyo para la Feria.

También sería  muy grato que en los próximos cuatro años Filgua sea inaugurada por el presidente de la República; es una manera simbólica de decirle al país que la lectura importa.

        
Raúl Figueroa Sarti

1 comentario:

  1. Interesante artículo, opino que hay que fortalecer las bibliotecas públicas. Las pocas que existen pueden en cierto momento realizar préstamos colectivos, registros bibliográficos, información bibliográfica y asistencia en la organización de actividades culturales a las instituciones educativas. Desde una biblioteca pública se promoverán todo tipo de foros de debate, grupos de discusión, etc... sobre asuntos de interés dirigidos a la actualización de los conocimientos profesionales e intercambio de experiencias con los bibliotecarios escolares responsables… bueno, se vale soñar.

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