lunes, 25 de noviembre de 2013

“Somos los jóvenes rebeldes. Guatemala Insurgente”, de Pablo Monsanto, por Ricardo Sáenz de Tejada.*



Buenas noches.

Quiero en primer lugar agradecer a Pablo Monsanto la invitación para participar en la presentación de su libro “Somos los jóvenes rebeldes. Guatemala insurgente” y ratificar como se lo dije cuando me lo propuso que para mí es un honor tanto por la importancia que la obra tiene para la comprensión de la historia reciente de Guatemala como por la posibilidad de compartir la mesa con Patricio Rivas, chileno y autor, entre otros, de un libro memorable Chile, un largo septiembre; Raul Figueroa Sarti, amigo y editor y por supuesto Pablo Monsanto.



Monsanto es, como la mayoría de los que nos acompañan esta noche sabe, uno de los líderes políticos de la izquierda revolucionaria con una trayectoria de participación y acción que abarca cinco décadas. Medio siglo comprometido y dedicado a un proyecto político dirigido a terminar con las insoportables desigualdades que afectan a nuestra sociedad. Este período histórico es sin duda uno de los más complejos y dramáticos en la historia de Guatemala, en el que la voluntad de un porcentaje importante de la población por liberarse de la opresión y construir una sociedad más justa se enfrentó a la respuesta brutal del ejército, a la oposición de las clases dominantes y al mismo gobierno estadounidense. La lucha guerrillera fue parte central de este proceso y Pablo Monsanto uno de sus protagonistas que, de militante de la Juventud Patriótica del Trabajo, la juventud comunista, pasó a convertirse en combatiente guerrillero y desde esa posición pasó en el terreno, por todos los grados militares de la insurgencia hasta ascender a comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Rebeldes y en la década de 1980 a integrar la comandancia general de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca URNG.

Se trata como dije antes de una prolongada trayectoria política en uno de los períodos más complejos de la historia de nuestro país, una trayectoria que –como la de los grandes líderes políticos– está definida por aciertos y errores, por momentos luminosos y por períodos oscuros, por victorias y también de derrotas. Desde esa óptica, no puede negarse que la figura de Pablo Monsanto es polémica. Como se refirió a él Luis Cardoza y Aragón en su libro Miguel Angel Asturias casi novela, “el legendario Pablo Monsanto” no ha pasado desapercibido y ha sido sujeto de críticas desde la derecha y también desde la izquierda.

En el campo de la derecha se construyó su imagen como el representante de la línea dura de la insurgencia guatemalteca y durante las negociaciones de paz se le presentó como el militarista, intransigente y radical. Desde la izquierda, Pablo ha recibido críticas y cuestionamientos en distintos momentos y por distintos motivos, sin embargo, en todos los casos tiende a reconocerse su compromiso con la revolución guatemalteca.

No es este el momento para discutir la imagen que se ha construido de Monsanto, y creo que el libro que se presenta esta noche ayudará a esclarecer esto, pero, pienso que buena parte de esa crítica –alguna justa y mucha derivada de la contienda política con la derecha y dentro de la izquierda– refleja algunas de las características de Pablo, la coherencia de su compromiso político y la firmeza para enfrentar lo que el llama la lucha política e ideológica.

Sobre el primer aspecto, desde principios de la década de 1960 Pablo tomó una opción política radical, que en esos años y en las siguientes décadas significó también el riesgo de su vida, y que ha mantenido hasta la fecha. Muchos de los líderes insurgentes que terminaron la guerra optaron, por razones legítimas, por retirarse a la vida privada, otros optaron por servir a las clases dominantes, algunos incluso, se han prestado a negar los actos de genocidio realizados por el Estado en contra del Pueblo Maya. Pablo por el contrario, se ha mantenido en la posición política escogida, la izquierda revolucionaria y adscrito al proyecto socialista. No es extraño que en uno de los primeros números de la revista ContraPoder Pablo haya sido presentado como el “último comandante”. Podemos tener diferencias de criterio y críticas a su acción en el campo político partidario, pero no puede negarse la continuidad y consistencia de su participación política.

El segundo aspecto tiene que ver con la firmeza y la fuerza para enfrentar la lucha política. En esto, la experiencia de la Sierra de las Minas es determinante, pues se trata de un dirigente militar y político forjado en el fragor del combate con el ejército de Guatemala que estuvo apoyado por los servicios de inteligencia y el ejército de los Estados Unidos. Y en este enfrentamiento militar, cualquier vacilación podía ser mortal.

Esta experiencia militar muy temprana de Pablo estuvo también vinculada a las diferencias en el interior de las mismas fuerzas revolucionarias y, como se muestra en el libro, las decisiones políticas tuvieron consecuencias en el campo militar. Y los conflictos entre el PGT, las FAR y el MR13 tuvieron impacto en el desenlace de este período. La forma de encarar la lucha política fue también forjada en este período en el que los errores y las indecisiones ponían en riesgo la vida de los insurgentes.

La trayectoria de Monsanto como señalé, abarca cinco décadas, y el libro Somos los jóvenes rebeldes trata el período inicial en la trayectoria y la vida política de Pablo que coincide con el inicio de la lucha armada en Guatemala. Como ya lo ha anunciado, tiene planificado escribir dos libros más.

Este primer libro se desarrolla entre 1960 y 1968 y los hechos analizados tuvieron consecuencias en el devenir de la historia política del país y definieron la conducta de los actores en contienda: el ejército, las clases dominantes, el gobierno de Estados Unidos, las clases populares y los grupos guerrilleros. Lo ocurrido en la Sierra de las Minas fue un antecedente de lo que ocurriría en Guatemala en la década de los ochenta y también fue una escuela de contrainsurgencia que se aplicaría en otros países de América Latina y en el sureste asiático.

¿Qué es lo que aporta el libro de Monsanto para entender este período?
A diferencia de la década de 1980, donde existe una cantidad importante de material bibliográfico de diverso tipo sobre la guerra en Guatemala, sobre la década de 1960 es relativamente poco lo que se ha publicado.

Durante mucho tiempo, la versión prevaleciente sobre este período, ya que era prácticamente el único documento de circulación amplia, fue el artículo escrito por Ricardo Ramírez y Regis Debray titulado “Las pruebas de fuego” que fue incluido en el segundo tomo de La crítica de las armas de Debray, publicado en 1975 por la editorial Siglo XXI de México. Antes de este, la editorial Tricontinental publicó la biografía de Turcios Lima elaborada por Ramírez con el seudónimo de Orlando Fernández. Este tuvo menos divulgación.

Obviamente, la distribución latinoamericana y el prestigio entre la izquierda mundial que en ese entonces tenía Debray convirtió a “Las pruebas de fuego” en un libro de referencia. Este no fue en sentido estricto un texto académico ni testimonial, era un documento de carácter político que, a partir de una interpretación de la experiencia guerrillera de los años sesenta, buscaba justificar la ruptura de un contingente de insurgentes con el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) y las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) para de esa forma legitimar nacional e internacionalmente el surgimiento de la Nueva Organización Revolucionaria de Combate (NORC). (Esta afirmación no es portadora de ningún juicio, como historiadores, al realizar el ejercicio de interrogar las fuentes se busca entender el sentido y el objetivo con el que fue elaborado determinado documento).

El apartado a Guatemala de la crítica de las armas está directamente relacionado con la experiencia insurgente en la Sierra de las Minas; sin embargo, algunas afirmaciones e interpretaciones no coinciden con los hechos relatados en el libro. Me parece que el libro de Pablo no sólo complementa y obviamente cuestiona algunas de las afirmaciones de “Las pruebas de fuego”, sino que sobre todo, desmitifica algunos asuntos de este período, como el papel del Frente Edgar Ibarra –Pablo permanece en éste hasta el final– y establece en su justa dimensión el papel de los jefes guerrilleros, incluyendo el del comandante de las FAR Luis Augusto Turcios Lima. Asimismo, da cuenta de la distancia entre quienes desde fuera del país pretendían conducir la guerra, y la realidad que se vivía en las zonas de combate. Ilustrativo de esta situación me parece el relato sobre el posicionamiento del PGT y de las FAR en relación con la candidatura de Méndez Montenegro y las contradicciones que generó y las consecuencias que tuvo el apoyo a esta candidatura.

En los setenta, en el ámbito de la clandestinidad y por lo tanto con relativa poca circulación se publicaron varios análisis de la experiencia de los sesenta. Desde el PGT, una parte de los Apuntes para la historia del Partido de Huberto Alvarado y, desde las FAR, entre otros los Fundamentos Teóricos de las FAR.

No fue sino hasta después de la firma de la paz cuando se publicaron varios testimonios sobre la insurgencia de los años sesenta. Dentro de estos se destaca La guerrilla fue mi camino de César Montes publicado en 1997; Los años de la resistencia: episodios sobre las guerrillas urbanas de los años 60 de Miguel Angel Sandoval de 1998; Ese obstinado sobrevivir de Aura Marina Arriola y La guerra de los 36 años vista con ojos de mujer de izquierda” de Chiqui Ramírez publicado en 2001. Los tres textos mencionados fueron elaborados por personas que militaron en las FAR durante este período. Mientras los tres últimos hacen énfasis en la experiencia urbana, el primero, de César Montes presenta un panorama de la trayectoria de su autor que va desde su participación en las FAR hasta su participación en las tropas especiales sandinistas pasando por su papel en la fundación del Ejército Guerrillero de los pobres y su incorporación a la lucha del pueblo salvadoreño.

A diferencia de otros “textos canónicos” de la historia reciente en los que la figura de César Montes es subestimada o simplemente borrada, en el libro de Pablo, César es un protagonista de primera línea. Y su papel como dirigente es objeto de reconocimiento y crítica.

Para terminar este recorrido historiográfico, el año pasado en el segundo tomo de la Historia Reciente de FLACSO Guatemala se publicó el artículo titulado “El primer ciclo de la insurgencia revolucionaria en Guatemala (1954-1972)” de Carlos Figueroa Ibarrra, Guillermo Paz Cárcamo y Arturo Taracena Arriola. Este capítulo en buena medida se alimentó de dos textos importantes que permanecen inéditos: “Orígenes y primera etapa del conflicto armado interno en Guatemala 1954-1971” de Taracena elaborado para la Comisión para el Esclarecimiento Histórico en 1998, y la tesis de doctorado de Figueroa Ibarra “Violencia y revolución en Guatemala, 1954-1972”. Estos textos como el capítulo mencionado se fundamentan en documentos internos del Partido, las FAR y el MR 13, en entrevistas con varios de los protagonistas de estos hechos y en una amplia bibliografía.

En Somos los jóvenes rebeldes. Guatemala insurgente, encontramos mucho más que el relato testimonial de un joven comunista que fue de los primeros guerrilleros en entrar a la Sierra de las Minas y participó personalmente en la implantación, el desarrollo, el crecimiento y la derrota de dicho frente. Se trata de un relato analítico que no se basa solamente en la memoria de su autor, sino que recurrió a hemerografía, a entrevistas –tanto con insurgentes como con sobrevivientes de las bases de apoyo en Zacapa– y que con esto logró construir una historia detallada, honesta y crítica de esta primera experiencia guerrillera.

A diferencia de otros libros o testimonios de jefes guerrilleros en los que tienden a resaltarse las virtudes y los triunfos, en el libro de Pablo encontramos la vida cotidiana de estos insurgentes sesentistas, que pasaban meses caminando por la sierra acondicionando depósitos de armas y alimentos, que soportaban las inclemencias del clima, que, como todos los seres humanos tenía virtudes y defectos y que, en su momento, tuvieron que enfrentar, con pocos recursos una ofensiva militar que llevó al cerco y a casi el exterminio de este grupo de combatientes.

En el texto de Pablo, existe una casi obsesión por recuperar los nombres y las historias de esas decenas de insurgentes que sacrificaron sus vidas en la Sierra de las Minas. Me parece que a través de esto Monsanto busca y logra que esos nombres y esas vidas no se olviden y ocupen su lugar en la historia.

En este libro, Monsanto no se presenta como el héroe o como el protagonista principal, en muchos pasajes está ausente y se hace referencia a Pablo o Manzana, el guerrillero casi adolescente que comete errores, que soporta prolongadas sanciones, que sobrevive combates y que se equivoca y reconoce los errores de los jefes insurgentes. Un guerrillero que también sufre por la muerte de sus compañeros y que ve crecer y ser destruidas las bases sociales de la guerrilla.

El libro que esta noche comentamos contribuye a desmitificar a la guerrilla de los sesenta, reconociendo y explicando los errores, los fracasos y las derrotas del período. Y, como su nombre lo indica, nos dibuja el cuadro de una generación de jóvenes rebeldes, decididos a hacer en Guatemala una revolución, a enfrentar a un ejército poderoso y brutal y a batirse con el imperialismo. Muchos de sus jefes y combatientes no pasaban de los 25 años pero estaban decididos, como lo señala el lema de las FAR, a Vencer o a Morir, por Guatemala, la Revolución y el Socialismo.

       Y, en medio de las adversidades, de un cerco militar, de represalias brutales contra la población civil, de traiciones y cambios de bando, de torturas, asesinatos y secuestros, la decisión de estos insurgentes de no capitular y de resurgir una y otra vez de las cenizas para continuar la lucha por transformar este país. El libro de Pablo Monsanto es eso y mucho más y por eso, vale la pena leerlo, debatirlo, cuestionarlo y utilizarlo para entender la historia reciente de nuestro país.

Muchas gracias


(*) Palabras en la presentación del libro el 13 de noviembre de 2013.