sábado, 4 de febrero de 2012

“Bestiario del poder”, Prólogo



Plaza Pública es un sueño de periodistas de a pie y de ciu­dadanos. De una generación que heredó un país con libertad de expresión y una prensa que en 25 años  perdió el miedo a los políticos y los militares. Pero tam­bién una generación con una deuda periodística en cuanto a la complejidad, los matices y la fiscalización de todos los poderes de la sociedad, públicos, privados y ciudadanos.

Invitados y auspiciados por la Universidad Rafael Lan­dívar para hacer un periodismo de profundidad, fundamos un medio on line, independiente, comprome­tido con la democracia, los derechos humanos y la bús­queda de la verdad.

Plaza Pública no pretende hacer un periodismo he­roico y con aspiraciones de infalibilidad. Más bien un periodismo básico, bien hecho, que cuenta las co­sas que puede comprobar, las contextualiza y, sobre to­do, las llama por su nombre. A esto añadimos rigor, ca­lidad y mucho trabajo. En este año que ha transcurri­do desde nuestro lanzamiento el 22 de febrero de 2011, hemos dividido nuestra atención en tres inters­ticios: la relación entre la política y la economía, en es­pecial con las élites; la relación entre la política y el cri­men organizado; y los temas sociales, incómodos, de subalternos.

Este Bestiario del poder, primer libro de una serie con F&G Editores, recoge el conjunto de temas sobre la política dura y alegre, perfiles de cinco de los polí­ticos más poderosos en 2011, de los cuales en 2012 tres gobernarán desde el Ejecutivo, otro desde el te­léfono en el Congreso y uno más desde las sombras, o desde oficinas empresariales. Otro perfil es de una fis­cal que, con sus maneras suaves y su perseverancia se enfrenta, ella sí, a algo de lo más oscuro de nuestro pre­sente y de la historia de Guatemala. Junto a los seis perfiles hay cuatro entrevistas sobre cuestiones me­dulares del poder, un análisis y dos relatos perio­dísticos; uno que cuenta cómo la élite y el Estado logran resguardar a uno de los suyos cuando es per­seguido por la justicia del mismo Estado; y otro que na­rra las aventuras para jugarle la vuelta al poder y con­seguir una filtración de cables diplomáticos es­tadounidenses: WikiLeaks.

En este libro hay cuatro firmas, pero en realidad de­berían ser decenas. De los fundadores, de los que cre­yeron en Plaza Pública cuando era sólo un proyecto bo­nito e idealista, de quienes dan todo de sí desde el área administrativa, del grupo de columnistas, de los ar­tistas, de un equipo periodístico que promedia 27 años y en densidad es uno de los mejores de América La­tina, del Consejo Editorial, de la Universidad Rafael Lan­dívar, nuestros amables y pacientes lectores, pero sobre todo de nuestros queridos y queridas que reciben me­nos tiempo de nosotros por este oficio de periodista.

Lo hemos llamado Bestiario del poder por ambas acep­ciones y las que puedan nacer de estos relatos. Por­que muchos de nuestros personajes (y de sus au­tores) son a la vez bestiarios y bestias en medio de la política, que es un arte real y fantástico en el que ca­minan personajes de saco, corbata y negocios hombro a hombro con sus bestias, propias y ajenas, con el mis­mo paraguas en esta lluvia de espejos.


Martín Rodríguez Pellecer
Director de Plaza Pública
Ciudad de Guatemala / Kayalá,
Centroamérica, febrero de 2012.

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