54)
Tras varias semanas de combate entre la Fuerza Armada y la guerrilla en San Salvador, los cadáveres yacían en bolsas de plástico. Eran soldados y guerrilleros, pero también civiles. Los edificios multifamiliares semidestruidos de los barrios populares eran testigos del horror.
La Zacamil, la Santa Marta, Soyapango, Mejicanos. Saldos de ruina y muerte. Miles de familias sin casa, en duelo, heridas, desaparecidas. Eran civiles indefensos, otros eran idealistas proactivos, otros, hombres hambrientos con armas y uniformes.
Diversos ataques terroristas han sido perpetrados en contra de Casa Presidencial de la Colonia Escalón y el Consejo Central de Elecciones, así como de las residencias personales del presidente de la República, licenciado Alfredo Cristiani Burkard, y del presidente y vicepresidente del órgano legislativo. También han sido atacadas diversas brigadas de infantería, en las ciudades de Usulután y San Miguel, sin que hasta ahora los guerrilleros hayan logrado éxito en sus fines ilícitos.
Casas saqueadas, autos quemados, barricadas en las principales calles de la ciudad. Cuerpos de soldados o guerrilleros calcinados o detonados con granadas, carnes colgando de los columpios junto a las piscinas rodeadas de palmeras, helechos y colas de quetzal de las casas grandes. Manos inmóviles en su último intento por asirse de los barandales y al razor electrificado, que protegía los altos muros de las zonas residenciales de la capital.
Pero ahora los muertos y heridos no eran anónimos. Esta vez tenían rostro y nombre. Eran amigos y familiares. Todos conocíamos a alguien que tenía algo que lamentar.
La Cruz Roja no se daba abasto, los bancos de sangre estaban vacíos y los hospitales colapsados o destruidos.
Pero ahí no estaban los que tenían intereses en la lucha. Ésos no se asomaban ni respiraban el olor a carne chamuscada y a sangre reseca. Ahora nos tocaba a nosotros, a los que nada teníamos que ver en la guerra, a los clasemedieros que habíamos hecho de oídos sordos, pagar el saldo de una lucha sin sentido.
Es de suma urgencia expulsar del país a los jesuitas ya que han dado apoyo al fmln, escondiendo armas en las instalaciones de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, desde inicios del conflicto armado, y dicha situación ya no puede ser tolerada, manifestaron varios radioescuchas vía telefónica.
“En otro orden de noticias, diversas familias han perdido sus casas, haberes y hasta sus vidas en estos terribles cinco días de violencia, ya que, debido a los combates se han visto obligados a abandonarlo todo y huir. Algunos, según datos aportados por vecinos, han debido cargar a los heridos desde Soyapango. Los muertos fueron dejados en casa y no ha habido forma de rescatarlos, aseveraron, ya que los guerrilleros se han refugiado en sus viviendas y han afirmado que de ellas saldrán únicamente muertos. ‘Lo triste –dijo una de las personas entrevistadas y que llevaba una prenda blanca atada a una escoba, para señalizar que se trataba de civiles– es que antes de que ellos mueran, nos estamos muriendo nosotros’.”
En la cercanía una ametralladora tableteaba al tiempo que detonaciones distintas respondían, hasta que alguna de las dos cesaba en su estruendo.
Mirábamos al cielo con los ojos perdidos para buscar pequeñas luces que lo trazaban. A veces el ruido de los helicópteros alertaba, pero no se lograba ver nada en la oscuridad del cielo de San Salvador.
Durante esos días de angustia, las noches pasaron lentas, y nosotros pendientes de las explosiones, de las bombas y de los disparos, que eran sentidos por la piel antes que por los oídos, porque era el aire el que transportaba el temblor y el desasosiego.
La Casa Blanca condenó la ofensiva guerrillera lanzada el fin de semana último en El Salvador, y señaló que la misma era una evidencia de los continuos esfuerzos del gobierno marxista nicaragüense por imponer el régimen en Centroamérica.
Marlin Fitzwater, Secretario de prensa de la Casa Blanca, manifestó que el gobierno estadounidense espera que el presidente Alfredo Cristiani pueda manejar la situación, la cual se constituye en el ataque rebelde más fuerte en los últimos ocho años.
Mientras, por la televisión se anunciaba la actuación de Karmina y su Orquesta junto a Espíritu Libre, Fuerza 3, la Pandilla Luminosa y el Grupo Bongo en la Avenida Roosevelt de San Miguel... Ni pobre ni rico, ni joven ni viejo, ni bello ni feo, ni chele ni prieto, ni hembra ni macho, ni alto ni bajo. Todo es igual en San Miguel en Carnaval...